
Estamos muy lejos de haber ganado la batalla al separatismo por mucho que sepamos, sabiamos antes ya, que la independencia en el corto plazo no va a producirse. Ayer miles de catalanes separatistas salieron a la calle para mantener su postura secesionista y pedir la libertad de los políticos independentistas presos.
Contra la postura que dice que esa fuerza en la calle obliga a negociar, hay otra posición. Esa fuerte presencia separatista a lo que obliga es a contestar sin remilgos a las mentiras del separatismo con la sana intención de sacar de su engaño a un montón de catalanes que han sido enseñados a odiar a España y a sentir a Cataluña como su nación. El silencio nos ha traido hasta aquí.
Hay culpables del momento histórico traumático que vive España y no son los separatistas de a pie. Unos culpables son los líderes del separatismo, los visibles y los invisibles, enfermos de odio, que sólo son gentuza fanatizada por una creencia falsa. Los otros culpables son los políticos de la complicidad, la izquierda, y del silencio, la derecha. Como decimos en el Manifiesto de El Muro, es hora de contestar.