Activistas de izquierdas denuncian «impunidad» y «dobles varas de medir»
Ante esta situación los grupos antifascistas denuncian una cierta impunidad de la ultraderecha. Marina Morante, por ejemplo, recuerda que los jóvenes de Altsasu están en la prisión por una pelea de bar mientras que militantes de ultraderecha sobradamente conocidos y que tienen agresiones graves en la espalda «van por la calle y no pasa nada». Además, asegura que la policía equipara los grupos fascistas y los antifascistas y los considera a todos «radicales» cuando defiende que sólo los ultras de derechas son los violentos.
También Borràs considera que la extrema derecha tiene impunidad. Aunque defiende que los Mossos tienen una buena unidad de investigación para este tipo de agresiones, también denuncia que faltan recursos y que se producen demasiado pocas detenciones. En este sentido, critica que policialmente haya habido «una doble vara de medir», y que se haya destinado una cantidad de recursos «ingente» a investigar los CDR y las «abuelas que hacían bufandas amarillas», mientras ha habido casos «muy graves», como la crema del Ateneo o heridos de arma blanca.
En este sentido, defiende que después de los últimos casos hay un «clamor social para que se coja el toro por los cuernos» y se haga frente a la ultraderecha desde el Govern. «Habrá un muerto, matarán a alguien, si no ha pasado hasta ahora ha sido más producto del azar que de otra cosa», advierte Borràs.
Un hecho, sin embargo, que el Govern quiere revertir. El presidente Quim Torra visitó el otro día a los Mossos y les pidió que sean los garantes de la «desactivación de la amenaza» cuando se produce una agresión de carácter fascista. Además, el Govern ha pedido al Estado convocar una Junta de Seguridad urgente «para abordar la alerta antiterrorista y el incremento de los ataques fascistas». La premisa con la que se trabaja desde Interior a partir de ahora, una vez retirado el 155 y cambiada la cúpula, es «impunidad cero».